En la historia de Galaroza, su nombre proviene de Al-Jaroza, donde el Topónimo árabe «Al» significa Novia, por lo que se deduce que su significado es «Valle de las Rosas», «de la Doncella» o «de la Desposada».

A partir del siglo VIII estas tierras fueron objeto de sucesivas ocupaciones musulmanas, por lo que su topónimo pudiera derivar de “Al-Aroza”. En este sentido, existe una leyenda en la que se cuenta que un príncipe llamado Ysmail, encontrándose de caza por el valle de Galaroza, habría vislumbrado entre los frescos y densos bosques de castaños una preciosa doncella de la cual se enamoraría perdidamente. Más cuando volvió a buscarla, no halló de ella rastro alguno, quedando el propio príncipe perdido para siempre entre la frondosidad, la fragancia y las aguas del valle. El nombre que su padre otorgará a este lugar es Al-Aroza, cuyo significado es el  “Valle de la Novia”.

Durante toda la Edad Media, Galaroza estará bajo la jurisdicción de Aracena. En el año 1553, Galaroza se emancipará de Aracena, constituyéndose como villa y otorgándosele entonces seis aldeas, Las Vegas, Las Chinas, Navahermosa, Fuenteheridos, Cortegrullo y Las Cañadas, éstas dos últimas se encuentran hoy abandonadas y Fuenteheridos se independizaría de Galaroza en 1716.

Historia de Galaroza

El 7 de julio de 1810, las tropas francesas entraron por primera vez en Galaroza, a las que siguieron otras el 17 de julio de 1811 y finales de agosto del mismo año. En este periodo, cabe destacar que todo el tesoro de la Iglesia en Galaroza así como las arcas municipales, fueron mandados a Cádiz para su custodia por una orden Gubernamental. Pasada la Guerra de la Independencia, se intentó traer de nuevo las joyas y demás tesoros, pero por desgracia no todo volvió. Galaroza estuvo dominada por los franceses hasta 1812.

Finalmente en el año 1833, Galaroza dejará de pertenecer al reino de Sevilla  por la división de España en provincias.

La historia de este pueblo ha dado a lugar a monumentos de interés turístico y cultural como la Iglesia de la Purísima Concepciónconstruida a lo largo del siglo XVII, la Ermita de Santa Brígida, edificada en el siglo XVIII para ser vista a gran distancia como faro espiritual y protector de estos parajes, o la fuente de los Doce Caños, una de las más antiguas, simbólicas y monumentales de la Sierra de Huelva.

En cuanto a sus habitantes, el gentilicio por el que son conocidos sus habitantes es cachonero/a, que viene del pero “cachón”, como consecuencia de la buena fama obtenida por esta localidad desde tiempos muy lejanos en el cultivo de la manzana.