Hoy queremos contaros el porqué de nuestro nuevo nombre, que aunque para nuestros vecinos pueda resultar muy familiar y para aquellos que hayan visitado alguna vez Galaroza también, el motivo por el que hemos querido que nuestro hotel lo lleve tiene su trasfondo.
La fuente del Carmen o más popularmente conocida, la fuente de los Doce Caños es uno de los monumentos más emblemáticos de nuestro pueblo y no sólo por su belleza arquitectónica sino porque para los lugareños está cargada de tradición, de cultura y de sentido. La fuente recoge el agua que viene del Cerro de Santa Brígida y su estructura tiene forma de lira. Este lugar ha sido punto de encuentro para muchas generaciones de “cachoneros/as”, iban a lavar la ropa o a recoger el agua para beber.
La fuente de Galaroza es de las más antiguas, simbólicas y monumentales de la sierra de Huelva y en el orgullo y la historia de todos sus habitantes está que fue costeada por el propio pueblo. Galaroza siempre ha mantenido por tradición una estrecha vinculación con el agua como elemento vital y en consecuencia con su fuente, que es la representación tangible de ella y el epicentro de la fiesta de Los Jarritos, una de las más populares de toda la provincia.
Nuestra fuente siempre ha sido el punto de unión de nuestro pueblo y uno de nuestros elementos claves de identidad. Conforma un conjunto que fue indispensable en la vida de muchas generaciones de cachoneros, puesto que en su entorno se ubicaron un abrevadero y un lavadero. Juntos, significaban el auténtico centro de la vida social del pueblo, con un reparto de funciones claramente diferenciado. A la fuente se iba a llenar cántaras y piporros, para el consumo y abastecimiento doméstico. Al pilar llegaban los hombres para abrevar el ganado, mientras que el lavadero era frecuentado con mujeres para hacer la colada diaria. La vida alrededor de la Fuente era continua, y la división de roles resultaba palpable, con una separación clara de funciones y oficios propia de épocas pasadas. Además, la zona se convertía en una fuente constante de rumores y noticias a través de las cuales se informaba, mal que bien, toda la población.
Nuestro hotel rural nació con la sana intención de integrar en nuestro pueblo a todo aquel que quisiera venir a visitarlo, de ser un centro de reunión para aquellos forasteros que buscaran sentirse como en su casa a todos los niveles, igual que lo ha sido nuestra fuente durante muchas generaciones, es por eso que decidimos adoptar su nombre y su imagen gráfica.
¿Cuál mejor para hacer gala de un maravilloso pueblo con una cultura y unas tradiciones tan bonitas?